Industrias Creativas y Culturales de Bienes y Servicios Digitales

SM Eduardo D'Attellis
8 min readAug 19, 2021

Una oportunidad para la economía naranja soportada en la cadena de bloques para convertirse en un motor productivo y coadyuvar al crecimiento del Producto Interno Bruto y la diversificación de las exportaciones en Venezuela.

A modo de Introducción:

Las Industrias Creativas y Culturales -también conocidas Economía Naranja- es el sector productivo que engloba los bienes y servicios creativos tales como: libros y editoriales, artes visuales, escénicas y perfomativas, artesanía, audiovisuales, multimedios, discografía, arquitectura, cultura y desarrollo, diseño, moda y publicidad, turismo cultural y ecoturismo, software y videojuegos, entre otros productos derivados de acción creativa.

Desde una perspectiva macroeconómica según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2005 las Industrias Culturales alcanzaron el 6,1% del volumen de la economía global, y para 2011 ya había alcanzado los 4,3 billones de dólares. En un análisis comparado representa algo así como el 120% de la economía alemana o dos y media veces el gasto militar en el mundo. Según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo entre 2002 y 2011 las exportaciones de bienes y servicios creativos subieron un 134%, casi el doble que la transferencia de armas (71%) en una década de guerras activas en Irak y Afganistán. Y en el 2011 sólo las exportaciones en bienes y servicios creativos alcanzó los 646 mil millones de dólares convirtiéndose en el quinto rubro más transado en el planeta después de los combustibles minerales, fósiles y derivados del petróleo (primero); los equipos eléctricos y electrónicos (segundo); maquinarias, reactores nucleares y plantas térmicas (tercero); y vehículos (cuarto).

Los Indicadores UNESCO para la Cultura y el Desarrollo señalan en su estudio en 11 países en vías de desarrollo, que entre 2011 y 2014 el sector cultura representó entre el 1,5% y el 5,7% del Producto Interno Bruto (PIB). En Ecuador, por ejemplo, la contribución de la cultura al PIB supera a la proveniente de la producción de café, cacao y banana, siendo este -según el compendio estadístico de la FAO de 2019- el mayor exportador de banana del mundo durante los últimos 10 años, con más de 6MM de toneladas año para 2019.

El sector editorial y en específico la producción de libros digitales según los datos de la compañía de investigación GFK, en el pasado 2015 las ventas en España superaron el 1.000.000 de unidades que se traduce en 8.8 millones de euros facturados. En términos globales, el mercado de venta de libros electrónicos alcanzará los 16.700 millones de dólares en 2020 según informa la empresa Strategy Analytics. Con estos datos se prevé que la lectura digital aumente hasta un 28% en 2021 en comparación con el año 2013 que era del 9%. Otro dato curioso es que el balance de hace tres años fue que en el año 2013, el 40% de los eBooks más vendidos por Amazon fueron de autores autopublicados.

Según una encuesta de The Fussy Librarian el 20,60% de los encuestados, el precio que se considera justo para pagar por un eBook (libro electrónico) es de USD 3,99 $. Solamente un 18% de los lectores que respondieron a la encuesta opina que pagar un dólar más de lo estipulado sería correcto; y sólo un 6,49% de los usuarios consideró que USD 5,99 $ debería ser el precio de los eBooks. El dato que más sorprende es, sin embargo, que solamente un 6% de los lectores de esa página afirmó que todos los libros tendrían que ser gratis. Adicional la venta de cada libro representa una utilidad de hasta un 30%, calculada sobre el precio final de venta, a favor del autor-editor.

Por otra lado, según el boletines de los últimos años del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, (CERLALC — UNESCO), en las feria internacionales del libro celebradas en las distintas regiones recibió la visita de más de 792 mil personas y registró cerca de 42 millones de dólares en ventas. En el mismo informe señala que el volumen total de libros publicados en América Latina en 2015 fue de 188.607 títulos lo que representa 3.689 millones de dólares en el PIB 2014. En el caso específico de Venezuela la producción fue de 3.199 títulos ocupando el puesto 9 de los 19 países en estudio, después de Brasil (78.288), México (29.524), Argentina (28.010), Colombia (16.031), Perú (6.152), Chile (5.701), Cuba (4.459) y Ecuador (3.855).

En un análisis comparado con 2013, la producción de libros en Venezuela cayó en -11,5%, la segunda tasa de decrecimiento más alta después de Paraguay con -19,3% y aunque la tendencia general fue hacia la baja (-2,8%), las experiencias de Honduras, Cuba y El Salvador evidenciaron un crecimiento del +54%, +39,4% y +35,2% respectivamente. Esta baja está íntimamente ligada con la crisis en la consecución de papel, optando por la publicación digital que adicionalmente se convierte en una alternativa mucho más ecológica y en consecuencia mucho más sostenible.

Si bien el libro como concepto de contenedor, portador, o bien cultural y la producción editorial representan tradicionalmente al subsector de la economía naranja de bienes y servicios digitales con mayor presencia, y mayor transversalidad en la relación acceso/capacidad de producción e infraestructura de plataformas digitales especializadas, en los últimos años la producción de software lo ha superado notoriamente en la dimensión de la apropiación social y generación de dinámicas culturales relacionadas con la actividad de las industrias creativas y culturales, por medio del consumo masivo de aplicaciones para dispositivos móviles, de la mano de la producción de contenidos para redes sociales y revistas electrónicas.

El contexto de la pandemia a causa del COVID-19, conllevó a un confinamiento a escala global que a su vez impulsó no sólo un mayor uso y una relación mucho más cercana con medios y plataformas digitales, sino además una migración hacia el emprendimiento digital como medio de subsistencia y la migración a modelos de negocios mucho más digitalizados para la comercialización de productos y servicios basados en el teletrabajo e informática en la nube, lo que ha implicado nuevos retos para la comercialización e intercambio de bienes y servicios culturales, así como físicos y digitales en general.

Según el informe conjunto de la CEPAL y la OIT de junio de 2021 sobre la coyuntura laboral en América Latina y el Caribe, en el último trimestre de 2019 -previo a la pandemia-, los sectores de diseño y medios de comunicación; traducción y lenguaje; y tecnologías de la información y software -que incluyen productos y servicios enmarcados dentro de la economía naranja- representan en conjunto el 79% de la demanda y el 69% de la oferta de ocupación digital en plataformas, sobre un universo de 196 mil casos de oferta y 53 mil casos de demanda en promedios diarios de tareas de ejecución global en plataformas. También se estima que en Argentina, Colombia y la República Dominicana, la ocupación digital representa entre un 0,8% y un 1,0% de total de la ocupación laboral. Si bien los informes no discriminan sobre tareas específicas inherentes a la economía naranja, los servicios de diseño, software y traducción representan implícitamente actividades creativas y servicios editoriales.

Desde 2014, la introducción de los vales no fungibles o tokens no fungibles, -del inglés No Fungible Tokens (NFTs)- basados en tecnología de cadena de bloques o Blockchain a permitido la creación de nuevos modelos de negocios vinculados a las industrias culturales de gran trazabilidad y rentabilidad. Un primer hito llegó en 2017 con los KrytoKitties, seguido a este fenómeno que llegó a colapsar la red de Ethereum, el número de plataformas para la comercialización de activos digitales tokenizados (NFTs), así como las creadoras y los creadores ha ido incrementando de forma progresiva desde finales de 2018.

El principal aporte de los NFT, es que dada la naturaleza de la tecnología Blockchain basada en contratos inteligentes, asociados a un registro notarial de libre acceso público y descentralizado, seudónimo, auditable y materialmente casi imposible de adulterar, ha permitido la comercialización de activos digitales almacenados dentro de la cadena de bloques, o fuera de esta con un certificado asociado biunivocamente dentro de la cadena -modalidad igualmente aplicable a activos físicos-. El modelo tecnológico ha inspirado confianza, ya que permite realizar transacciones seguras, aportando trazabilidad y garantía de originalidad de los activos digitales, así como la incorporación de sistemas de regalías permanentes a favor de las creadoras y creadores con valores porcentuales fijados al momento de la acuñación del NFT y que se ejecuta contra cada transacción realizada dentro de la red que involucre el activo digital en cuestión, que aporta una relación más justa entre los creadores, las creadoras y el mercado.

De los diferentes sectores relacionados con el comercio descentralizado en la Web3, la participación más destacada ha sido la del CriptoArte, con transacciones millonarias por piezas individuales impulsadas por grandes galerías, y volúmenes de negocio -para el final del primer trimestre de 2021- sobre los 10 millones de dólares diarios, para un total de más de 500 millones de dólares en un universo cercano a los 400 mil usuarios. Adicional cabe destacar el comportamiento del mercado global de los NFTs, con una tendencia progresiva y permanente de crecimiento. Sólo en OpenSea.io de enero a febrero de 2021 el volumen de mercado subió de 6 millones a 80 millones de dólares y el 16 de Agosto del mismo año Devin Finzer, Co-fundador de la plataforma, anunció vía twitter que habían superado los mil millones de dólares. De forma comparada, para finales del primer trimestre de 2021, el volumen conjunto de todas las plataformas ya habían superado en un 166% el volumen total de ventas de 2020.

Esta revolución del arte digital ha traído consigo un fenómeno masivo, democrático y descentralizado de inversión en la economía naranja, así como la valoración y uso de tokens de obras de criptoarte y otros activos culturales digitales como activos financieros comercializables -y con gran demanda- en mercados secundarios. Y el modelo es replicable y/o adapatable a todas las áreas de bienes y servicios digitales de la economía naranja.

En resumen podemos determinar que la cultura, y en especial las industrias culturales, han desempeñado un papel cada vez más importante en las economías nacionales como un significativo sector productivo y generador de experiencias de transformación e innovación social y comercial que aunado a la cadena de bloques permite realizar operaciones mucho más justas y confiables en el contexto de los bienes y servicios digitales. Las actividades de las industrias culturales y en especial y actualmente las de bienes y servicios digitales, impulsan el crecimiento, y contribuyen a diversificar las economías nacionales, generando ingresos y creando empleos en las naciones de renta baja, media y alta, que impactan notoriamente el producto interno bruto, fortaleciendo además la formación artística y profesional, la inclusión social, la igualdad de género, la identidad y la sostenibilidad patrimonial.

Fuentes:

Eduardo D’Attellis. (02 de junio de 2016). Aproximación a una oportunidad de desarrollo de las Industrias Culturales en Venezuela. https://eduardodattellis.wordpress.com/2016/06/02/aproximacion-a-una-oportunidad-de-desarrollo-de-las-industrias-culturales-en-venezuela/

Buitrago, F. y Duque, I. (2013). La Economía Naranja — Una Oportunidad Infinita. Banco Interamericano de Desarrollo.

Alonso, G. y Medeci, M. (2014). Indicadores UNESCO de Cultura para el Desarrollo — Manual Metodológico. UNESCO.

Monak, L. y Valencia, A. (2015). El libro en cifras — Boletín estadístico del libro en Iberoamérica. CERLALC-UNESCO.

Velasco, J. y Weller, J. (2021). Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe — Trabajo decente para los trabajadores de plataformas en América Latina. CEPAL / OIT.

Devin Finzer. [@dfinzer] (16 de agosto de 2021). OpenSea just hit $1B in trading volume for the month of August so far. And it’s still day 0 for NFTs [Tweet]. Twitter. https://twitter.com/dfinzer/status/1427429707365163009?s=20

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SM Eduardo D'Attellis

Artista Plástico & Integrador de Soluciones. Activista por el Software Libre, la Bibliodiversidad, la Cultura Digital y el Desarrollo Sostenible.